domingo, 25 de septiembre de 2011

LOS PEQUEÑOS Y MEDIANOS MINEROS SOMOS COLOMBIANOS RESPETABLES QUE RECLAMAMOS NUESTRO DERECHO A TRABAJAR


No más infamias y persecución para beneficiar a las trasnacionales. Un error gravísimo la reforma al Código de Minas insertada en el Plan de Desarrollo. Una trasnacional monopoliza 825 mil hectáreas. El gobierno debe acordar una política minera en la que quepamos los colombianos. Con nosotros se puede concertar la solución a un problema que no es criminal sino económico y social. El Presidente Santos tiene la palabra.

Somos muchos y aportamos mucho

Los pequeños y medianos mineros colombianos, empresariales y artesanales, podemos alcanzar la enorme cifra de 2.500.000 compatriotas esparcidos por toda el país, en especial en los departamentos de Antioquia, Córdoba, Bolívar, Chocó, Cauca, Nariño, Cundinamarca, Boyacá, Santander, Norte de Santander, Tolima, Huila, Caldas, Quindío, Risaralda y Caquetá donde nuestro aporte a la creación de riqueza y al empleo es fundamental. No son pocas las regiones en las que habría un colapso económico general si nuestra actividad desapareciera. Baste con señalar que el propio ministro de Minas reconoce que nosotros aportamos más del 80 por ciento del total de las regalías del oro que se generan en Colombia.

Tenemos bastante de qué enorgullecernos

No somos unos aparecidos ni carecemos de historia de qué sentirnos orgullosos. Las actividades de este tipo se remontan a centenares de años atrás, hasta la Colonia española, y fueron decisivas en la conformación de la República en el siglo XIX. Entre nosotros es común contar con orgullo que este oficio lo heredamos de nuestros padres y abuelos. Y en las regiones en donde producimos se nos reconoce como gente respetable. También es inmenso el número de colombianos de bien que en los últimos años han llegado a la minería a ganarse la vida con honradez, en buena medida obligados porque el modelo económico imperante en Colombia los arruinó y les quitó el empleo en el agro, la industria y el comercio. ¿A cuánto ascenderían las ya dramáticas cifras de desempleo y pobreza si en la minería no hubieran encontrado refugio honrado numerosos compatriotas?

Del abandono oficial al Código de las trasnacionales

Los pequeños y medianos mineros colombianos, artesanales y empresariales le hemos aportado al país en medio del más extremo abandono oficial, apoyados únicamente por nuestros propios esfuerzos. Nadie puede mostrar una sola política oficial destinada a respaldarnos ni con una pizca de seriedad en créditos, asistencia técnica, educación sobre el cuidado del medio ambiente, etc. Y esta tendencia al desconocimiento y abandono de décadas se empeoró con las reformas neoliberales que inspiraron el Código Minero de 2001, diseñado bajo el tutelaje del Banco Mundial y el gobierno de Canadá (Ley 685), Código en el que la pequeña y mediana minería ni siquiera existe en el país y todo se define de acuerdo con las conveniencias de la gran minería extranjera. Con esa lógica en nada democrática se han diseñado las posteriores reformas a la Ley 685.

Corrupción y acaparamiento de títulos

Así mismo denunciamos que en los últimos años se ha desarrollado una política de titulación minera contraria a nuestro derecho a trabajar y al progreso del país, para beneficiar a la gran minería trasnacional, en medio de un mar de favoritismos y corrupción que empieza a ser señalado por los medios de comunicación. Uno de los efectos más perniciosos de este proceso consiste en que entre 2004 y 2009 el área concesionada aumentó en 665 por ciento, al pasar de 1.1 millones a 8.4 millones de hectáreas, y que para 2009 estaban solicitados títulos por 39.7 millones de hectáreas. Esta titulación exagerada ha sido con frecuencia fraudulenta y dejó a los pequeños y medianos mineros sin la posibilidad de acceder a títulos, en tanto una sola trasnacional monopoliza 825.000 hectáreas. También es común, además, que no se exploten las áreas otorgadas por el Estado, porque parte importante del negocio de los extranjeros consiste en hacer fortunas mediante la especulación con los títulos en las bolsas de valores del mundo, ganancias que en nada favorecen a la sociedad colombiana.

Con infamias justifican la persecución

A los pequeños y medianos mineros colombianos, empresariales y artesanales, obligados por una realidad inicua a trabajar con frecuencia en la informalidad, se nos persigue de distintas maneras, infames e irresponsables, hasta el punto de presentarnos como miembros de organizaciones ilegales y armadas de uno u otro origen, cuando la verdad es que somos sus víctimas, entre otras razones porque el Estado no solo no cumple con el deber de garantizarnos nuestras vidas y bienes, sino que con sus determinaciones estimula que entre sus funcionarios también aparezcan los que nos extorsionan.

La manipulación incluye el problema ambiental

Es tanta la manipulación en nuestra contra, que hay quienes creen que la única minería con impacto ambiental es la de los pequeños y medianos, falacia que han promovido con el cálculo de ocultar los descomunales daños ambientales de la gran minería, en particular la que realizan a cielo abierto las trasnacionales. E igual ocurre con los problemas laborales cuya existencia somos los primeros en reconocer y que, como sucede con los ambientales, estamos en actitud de hacer esfuerzos por atender de la mejor manera, atención que también se nos complica por la actitud de persecución que en contra nuestra se promueve desde el alto gobierno. Si nuestra minería no fuera perseguida y tuviera el reconocimiento y el respaldo que el gobierno puede darle, es seguro que nuestras condiciones productivas mejorarían notablemente.

Una reforma minera represiva y antinacional

Los pequeños y medianos mineros somos parte de una realidad económica y social que debería atenderse dentro de esas características. Sin embargo, para agravar la política de tratarnos como delincuentes, el gobierno acaba de hacer aprobar en el Plan de Desarrollo una reforma minera cuyo duro carácter represivo no tiene antecedentes, y que empezó por derogar la norma que permitía legalizar la minería informal. Como si fuera poco, también establece cárcel, multas, decomisos, cancelación de títulos y prohibiciones a la compra de minerales, mientras no define una sola norma tendiente a que el Estado respalde la normalización legal, ambiental, laboral y de todo tipo de la pequeña y mediana minería, medidas draconianas que tienen el obvio y absurdo propósito de erradicarla y establecer que solo los monopolios, y principalmente los extranjeros, podrán explotar minas en Colombia.

El gobierno debe rectificar

Los pequeños y medianos mineros, artesanales y empresariales, rechazamos la política minera del gobierno del presidente Juan Manuel Santos y llamamos a rectificarla, empezando por reconocer que en Colombia deben coexistir tres tipos de minería: la artesanal, la de los pequeños y medianos empresarios, las cuales deben complementarse en condiciones de legalidad, legalidad que debe empezar por asegurar que todas y cada una de ellas tengan áreas con títulos donde desarrollarse, para que en un proceso se avance también en la definición y aplicación de las mejores normas ambientales y laborales. Esta política debe tener entre sus pilares una actitud de respeto del Estado hacia los pequeños y medianos mineros, reconociéndonos como ciudadanos honorables que no seamos discriminados ni perseguidos en razón de nuestra actividad económica y que contemos con la debida protección del Estado. En consecuencia, el gobierno debe acordar con las organizaciones de los pequeños y medianos mineros una política de no persecución y de no erradicación, reconociéndolos como una realidad económica y social que debe ser tratada dentro de ese carácter, buscando siempre mejorar las condiciones económicas, técnicas, ambientales y laborales de la minería en Colombia.

El gobierno debe saber que nosotros somos interlocutores válidos, gentes de trabajo que deseamos normalizar la pequeña y mediana minería para seguir contribuyendo con el progreso de Colombia. El presidente Juan Manuel Santos tiene la palabra.

CONFEDERACION NACIONAL DE MINEROS DE COLOMBIA

confederacionmineros@gmail.com. Ramiro Restrepo G. Presidente cel. 3218525907

Luz Stella Ramírez G. Directora Ejecutiva cel. 3136169865

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